 
 Getty ImagesBruce Bochy busca darle a los Gigantes su primer título teniendo como sede San Francisco
Porque los Gigantes no se han llevado el Clásico de Otoño desde 1954 y en aquel entonces, jugaban todavía en Nueva York. Desde su mudanza a California, han participado y perdido en las Series Mundiales de 1962 (Yankees), 1989 (Atléticos) y la ya recordada del 2002 (Angelinos).
Ese es el enorme peso que Bruce Bochy y su gente tienen sobre sus hombros. Los Vigilantes llegan por primera vez en sus 50 años de existencia (primero como Senadores y luego como los conocemos ahora), pero los Gigantes han estado ahí en tres ocasiones representando a San Francisco, y nunca lo han podido ganar.
La carrera de Bochy tiene también un toque parecido, ya que llevó a los Padres a la Serie Mundial hace doce años, pero también para perderla, ante los Yankees, que en ese año vivieron la mejor de sus temporadas bajo el mando de Joe Torre.
Es por ello que el manager francés toma las cosas con gran responsabilidad, pero sobre todo, con madurez. Durante la práctica del martes en el AT&T Park, Bochy habló de sus dos experiencias como manager en Serie Mundial y, aunque por supuesto no puede haber mucha comparación todavía, sí recalca que en el plano del equipo que tiene, es un grupo muy parecido al de aquellos Padres, aunque reconoce que a éstos Gigantes les gusta complicarse el camino. Consiguieron el título divisional hasta el último día de la temporada, batallaron más que nadie en sus dos series de playoffs previas y, de acuerdo a Bochy, nunca han sido señalados como favoritos, y esa es la gran diferencia con los Padres del 98.
Pero la madurez que ha adquirido con el paso de los años como dirigente, le hace ver las cosas de otra forma, una situación que su contraparte, Ron Washington, difícilmente puede presumir a éstas alturas, ya que se encuentra dirigiendo en un Clásico de Otoño por primera vez en su carrera.
Cuando se refiere a su forma de dirigir al equipo, Bochy habla de "creatividad", de un conjunto en el que se utilizan a la mayoría de los peloteros en cada juego, y en el que conformar el line up de todos los días, tiene su parte complicada. Admite que desde agosto, no piensa en otra cosa que no sea béisbol, vive frente al estadio, se dedica de tiempo completo a su profesión y, la posibilidad de finalmente conseguir un anillo, ha hecho que se dedique al 100% a esa meta en las últimas semanas.
No hay mucha ciencia en la elección de Tim Lincecum para abrir el primer encuentro. Era el "strike cantado", la decisión menos complicada. Su manager le tiene plena confianza y al referirse a la difícil temporada que tuvo el dos veces ganador del Cy Young en éste 2010, Bochy señala simplemente que cuando sales avante de las situaciones complicadas, sales fortalecido.
 
 

 
 
 
 







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