La sensación perenne de desgracia en Haití es colectiva y parece no tener fin. Un pequeño país, más empobrecido que la República Dominicana, con deseos imperiosos de avanzar como sociedad pero que arrastra un lastre pernicioso. Una población con lágrimas y sangres derramadas a lo largo de su historia, con la maldición de gobiernos y dirigentes inoperantes y corruptos en extremo que supieron succionar los recursos del país hasta llevarlos a la ruina.
Haití, logró en 1804 la independencia, siendo el primer país en Latinoamérica y el segundo en declararla tras Estados Unidos. Sin embargo, en el año 1991 Haití logra elegir democráticamente un presidente. Esto, tras más de un siglo entre dictaduras y feroces autoritarismos, el 29 de marzo de 1987 se promulga su primera Constitución. Haití es un país presidencialista, esta citada Constitución entró en vigor en el 1987 y está basada en las Constituciones de Estados Unidos y Francia. Luego de haber sido suspendida, la Constitución fue reincorporada por completo en el año 1994.
En ese sentido, el sistema haitiano es muy similar al de otras naciones del continente latinoamericano pero su situación política, económica y social con graves dificultades fue evidenciado en la creación de la misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de Haití.
El día 12 de Enero de este año, los haitianos fueron víctimas del terremoto más potente registrado en la historia del país y todavía hoy, queda mucho trabajo por hacer en el terreno de campo. Distintos gobiernos del mundo, volcaron ayudas de todo tipo para paliar la situación de angustia que vivió el país en esos días. Este terremoto mostró cómo vive el país desde hace años para quienes no tenían una idea precisa del apocalíptico diario vivir de muchos seres humanos: se vio el desequilibrio político y social, un incremento de la violencia que creó conflictos de orden civil sobre todo a la hora de la repartición de alimentos a los supervivientes de la catástrofe, porque en realidad, no existen medidas gubernamentales ni un sistema que permita tratar por lo menos, de mantener un orden. La desgracia permitió la entrada de ayuda internacional y visita de personalidades que vieron con sus propios el manejo de la calamitosa situación del país más pobre y corrupto de América Latina que ha sido brutalmente condenado al olvido.
Haití: desgracia perpetua
miércoles, 27 de octubre de 2010
Publicado por
Daniel Urbáez.  email.aftali05@hotmail.com
en
9:45
 
 
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